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Si tiene artritis y desea incorporar el entrenamiento de fuerza en su rutina de salud, estos consejos pueden ayudarlo a comenzar.
Trabaje con un entrenador personal certificado que tenga experiencia trabajando con personas que tienen osteoartritis para diseñar y adaptar ejercicios que funcionarán para usted.
El objetivo debe ser:
1) incluir entrenamiento de fuerza,
2) actividades de flexibilidad que mejoran el rango de movimiento
3) actividades aeróbicas que evitan más estrés en las articulaciones (como hacer ejercicio en el agua o usar máquinas elípticas).
Programe entrenamientos para las horas del día en las que es menos probable que sufra de inflamación y dolor. Evite hacer ejercicio cuando la rigidez es peor.
Calentamiento antes de comenzar una sesión de entrenamiento de fuerza. Camina unos minutos mientras te mueves lentamente y doblas los brazos en diferentes posiciones.
Si tiene artritis reumatoide, descanse su equilibrio y haga ejercicio con cuidado. En general, debe evitar hacer entrenamiento de fuerza con articulaciones activas inflamadas, al menos hasta que la inflamación se haya aflojado. En algunos casos, los entrenamientos con agua podrían ser una mejor opción que el entrenamiento de fuerza.
Ejercicio en un rango de movimiento cómodo. Si un ejercicio o movimiento causa un dolor significativo, ¡deja de hacerlo!